La promesa de conseguir una mayor cantidad de dinero llevó a un vecino de Regueras de Arriba a entregar 12.000 euros por una bolsa en la que, se supone, se guardaba una cifra superior. Sin embargo, ésta sólo contenía arroz para darle peso, así como envoltorios para que la estafa tuviera credibilidad.
Los hechos se remontan al mediodía del martes, cuando la víctima se encontraba en La Bañeza y fue abordada por dos individuos, que interpretaban el papel de un deficiente y su cuidador. La bolsa que el supuesto discapacitado portaba fue la excusa para entablar la relación fraudulenta.
La -ventajosa propuesta.
Según contó uno de los delincuentes a la víctima, la cantidad que portaba la persona a su cargo era suficiente para que ambos se repartieran un suculento botín, pero, a cambio, era necesario entregar una cantidad que no hiciera sospechar a la persona con discapacidad de la sustracción. La víctima entra al trapo y, engatusado, consiente en que le trasladen en un vehículo hasta Regueras de Arriba, donde se hace con la documentación bancaria precisa para conseguir el dinero. Es entonces cuando los estafadores le conducen a León.
Según algunas fuentes, el viaje se realiza con escala en Veguellina de Órbigo, con el fin de que en una sucursal bancaria de esta localidad el timado consiga parte de la cantidad que le exigían, ante la posibilidad de encontrar problemas para conseguir los 12.000 euros en una sola oficina. El viaje termina en León capital, donde la víctima completa los 12.000 euros en un nuevo reintegro bancario y los entrega a cambio de la bolsa.
Es entonces cuando el cuidador del discapacitado establece un lugar y una hora donde verse con el engañado, con el fin de repartirse el contenido de la bolsa y con la excusa de tener que llevar a su pupilo al centro asistencial en el que reside.
Desengaño en la estación. El tiempo pasa y llega la hora prevista. Sin embargo, el timador listo no aparece ni lo hace en todo el tiempo en el que el estafado le espera en León. No se ha podido determinar cuánto esperó la víctima por quien tan buena suerte le había puesto delante de los ojos, aunque sí se ha podido saber que, hastiado por la espera, se dirigió a la estación de autobuses de León, con el, fin de regresar a su pueblo.
Parece que fue en este lugar donde el vecino de Regueras de Arriba, jubilado no hace mucho tiempo, decide comprobar el contenido de la bolsa, descubriendo ya el arroz y todo el engaño al que le habían sometido los estafadores durante gran parte de la jornada del martes.
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